viernes, 20 de febrero de 2009

¿Dudas?

Tengo una eterna duda sembrada en mi cabeza, desde hace mucho tiempo; desde hace demasiados días, desde hace demasiadas semanas, desde hace demasiados meses... desde hace casi un año. Y eso sí es demasiado.

Y empezó como una semillita frágil e indefensa que luchaba por salir adelante, y en ocasiones parecía, e incluso yo lo creía, que no iba a lograrlo... pero cada vez ha ido cogiendo más confianza y se ha ido haciendo más fuerte, por desgracia; y ahora ya se asemeja a una de esas malas hierbas que te empeñas en quitar una y otra vez, sin que sirva de nada, a una de esas malas hierbas que una y otra vez vuelven a aparecer, estropeando todo lo demás; por desgracia.

Y creo, mas bien sé, que sería tan fácil de solucionar como formular una simple pregunta para poder arrancar esa mala hierba, esa eterna duda, de una vez por todas; pero tengo miedo, estoy aterrada... ¿y si la certeza es aún más cruel que la duda?, ¿y si ya no soy capaz de ser feliz sin la compañía de mi eterna mala hierba?, ¿y si al final se confirma lo que durante tanto tiempo ha estado en mi cabeza dando vueltas?, ¿y si...?

Los interrogantes se me van acumulando y siento que se me escapa de las manos, y no sé qué haría entonces, cómo reaccionaría, qué ocurriría...

Tengo miedos, dudas, certezas apenas sostenidas... por desgracia.

Y no me gusta, no me gustan las cosas que me hacen sentir vulnerable e indefensa, no me gusta sentirme pequeñita. No me gusta.



Y no me gustaría descubrir algún día que yo también he plantado estos sentimientos en la cabecita de alguien, no me gustaría nada descubrirlo; y por eso intentaré no hacerlo, y por eso no me gusta decir mentiras, aunque a veces duela más no decirlas, y por eso intentaré no ser yo la que siembre dudas.

Aunque soy consciente de que no siempre lo lograré.

Por desgracia.

lunes, 2 de febrero de 2009

¿Vértigo?

Me ayudaste a escalar, fuiste tirando poquito a poquito de mí hasta lograr que fuese alzándome y, quizás, me elevaste demasiado...

Puede que haya subido más de la cuenta, quizás no estaba preparada para ello y esa es la causa del vértigo, quizás debería descender un poco, pero...¿y si te he dejado atrás?, ¿y si me caigo? y...lo peor de todo, ¿y si te arrastro a ti en la caída?

No quiero que eso suceda, creéme si te digo (o cuando te diga) que no quiero que eso ocurra.

Hoy me siento pequeñita. Hoy me siento pequeñita porque hoy desearía ser más mayor (y ya sé que eso está mal dicho...). Hoy me siento pequeñita porque hoy no soy capaz de encontrar una solución.