martes, 27 de julio de 2010

Te odio

Te odio.

Te odio y realmente no sé muy bien por qué, te odio cuando ni siquiera te conozco, cuando sé que tú no tienes la culpa, pero yo te odio porque para mí tú eres la culpable, la entrometida, la causante del mal, la que ayudó a poner un punto y final cuando todavía no era el momento de que la historia terminase, la que sembró dudas, la que se quedó con lo que yo creía que era mío.

Y por eso te odio.

Aunque no me malinterpretes, no me engaño, ahora, hoy, ya sé que nunca me perteneció y que tan sólo fue un espejismo momentáneo, una vaga ilusión que por suerte ha ido desapareciendo con el tiempo.
Pero tú no desapareces, todavía hoy de vez en cuando encuentras un hueco por el que colarte y tu presencia me enerva, desata celos en mí que hoy más que nunca son ridículos pero que, al igual que tú, se cuelan en mi vida sin pedir permiso y alteran mi existencia, mi tranquilidad, mi soledad bien llevada y aceptada.

Y por eso te odio.

Pero lo peor es que tú ni siquiera tienes el privilegio de ser la primera, ni de ser la única, ya hubo otras antes, otras odiosas a las que detestaba, otras que también se presentaron sin ser llamadas, otras a las que odiaba profundamente… pero al menos a esas pude ponerles rostro, pude ponerles un nombre, pude ponerles un carácter, pude conocerlas y al final dejar de odiarlas.
Pero tú no te dejas ver, apareces pero sólo te muestras parcialmente, lo justo para alterarme, lo justo para que no consiga olvidarte.

Y por eso te odio.

viernes, 23 de abril de 2010

...

¿Dónde estoy?, ¿dónde me encuentro?, ¿dónde estás?, ¿dónde estáis?, ¿dónde me dejasteis?, ¿quién soy?, ¿qué estoy haciendo?, ¿he conseguido algo?, ¿sigo así?, ¿cambio mi rumbo?, ¿dónde voy?, ¿qué hago?, ¿qué elijo?, ¿qué decido?, ¿hice bien?, ¿me equivoqué?, ¿y ahora qué?, ¿cómo recupero lo perdido?, ¿cómo desandar el camino recorrido?...
¿Dónde están la soluciones?, ¿quién tiene las respuestas correctas?, ¿quién me guía?...

Os echo de menos. Tengo miedo. No quiero perderme. No quiero olvidarlo. No quiero/debo hacer lo incorrecto. No me conoces. No sabes nada de mí. Me gustaste. Lo pasé bien. No sé muy quién soy. Lo pasé genial contigo. Burgos. Me equivoqué. Hice bien. Debía repetir. Guarda secretos. Cuéntalo todo. Pregunta. Conóceme. Llámame. Muéstrame el camino. Lagunas varias. Enséñame. Sorpréndeme. Salir de fiesta. La familia. Demuéstrame que estaba equivocada. Guíame hasta otra realidad. Ayúdame a soñar. Da lo mejor de ti. Orgasmos. Practica la solidaridad. Perdóname. Dame otra oportunidad. Convénceme. Convéncete. Resaca. Acaríciame. Léeme un cuento. Macondo. Ayúdame a soñar. Abrázame mientras duermo. Cógeme la mano al caminar. Escribir una carta. Recibir una postal. Dar sin recibir nada a cambio. Un paseo en bici. Valladolid. Siento el viento que sopla en mi cara. Suelas desgastadas. Camino por descubrir. Recicla. Una sonrisa que ilumina tu cara. Una mirada que ilumina mi mirada, que me llena, que me atrapa. Bésame. Deja que te bese. Mi lengua que te busca, que recorre tu boca, que espera tu respuesta. Una llamada. Un mensaje. Una ilusión. Una esperanza. No hay causas perdidas. No, si no se pierden las ganas. Un masaje, suave, tierno, delicado, esmerado. Nada que decir. Mucho por hacer. Mucho por descubrir. Universos paralelos. Atrévete a descubrir. Otra perspectiva. Nuevas formas de mirar. Verlo todo diferente. Buscar en el más allá. Léeme. Lo siento. Es difícil recuperar el pasado. Corregir los errores. Perdonar los fallos. Un espacio para el arrepentimiento. Malos entendidos. Palabras entredichas, por error, por rabia, por falta de respeto. Esperanza. Desesperación. Soledad. Abandono. Acógeme. Quiéreme. Recuerda que te quiero. Que siempre te querré. Oscuridad. Recuerdos. Volver la vista atrás. Palencia. Escúchame. Déjame mostrarte. Ayúdame a enseñarte, ayúdame a aprender. Asturias. Descubriéndome. Recordándote. Tu olor. Tu sabor. Tu tacto. Tu sonrisa. Tus palabras. Entendiéndote. Entendiéndome. Al menos intentándolo. Tus caricias. La esperanza no perdida. Tus manos. No a la desilusión. No a las lágrimas. El llanto que quedó atrás. Sufrir como sinónimo de “bohemidad”. Cantar en la ducha. Acariciar. Encontrar algo perdido. Gritar. Sonreír sin motivos. Ayudar sin nada que esperar. Saborear un caramelo. Degustar una tarta de queso. Dejar una propina. Recibir un regalo. Disfrutar la felicidad. Reír con los monólogos. Encontrar mi lugar. Sueños futuros. Metas por realizar. Palestinos de colores. Billetes de autobús. Viajar y viajar. Siempre echando la vista atrás…

sábado, 9 de enero de 2010

Nieve

Hoy.


Sólo música suave de fondo, sólo una tenue luz de lámpara de sobremesa, olor a incienso, tranquilidad, sensación de paz, un libro en la mesilla, un álbum de fotos que ojear.


La nieve cayendo; suave, lenta, intermitente, preciosa…y yo mirándola y mirándola y pienso que la voy a desgastar, se redibuja el paisaje, hoy se ha maquillado de blanco y parece que trae de nuevo la Navidad; desde mi pequeño espacio miro las ventanas de más allá y me preguntó que se esconderá detrás…luces que se encienden, que se apagan, personas que llegan, personas que se van…historias que estarán ocurriendo en este preciso momento, en algún lugar…


Y me imagino a una persona tocando la guitarra sentada en el alféizar de la ventana mientras mira la nieve caer; y me imagino a un artista, pincel en mano, dibujando el paisaje que en unos días desaparecerá; y me imagino un cuerpo desnudo, recién salido de la ducha, mirando por la ventana mientras espera que lleguen las manos que lo han de acariciar; y pienso en dos amantes que hoy encenderán velas y se querrán más de lo normal; y pienso en familias reunidas que pasan una tarde tranquila en su hogar; y pienso en una taza de chocolate caliente, delicioso, humeante…y pienso, e imagino, y deseo, y quiero…quiero pensar que en este día precioso, hay muchísimas historias bonitas que se esconden tras las ventanas que desde aquí puedo divisar…