No me gusta verte triste o saber que lo estás,
aunque no te vea, y sé que probablemente dudarías de mi palabra si te dijera
que cuando tú estás triste irremediablemente yo me pongo triste también, creo
que, en gran medida, la mayor parte de mi tristeza siempre ha estado ligada a
la tuya y eso no me gusta, no me gusta nada.
No
me gusta, lo primero, porque no desearía tristeza para nadie y menos aún para
ti; pero no me gusta, lo segundo y más importante, porque esta relación tan
estrecha que tenemos tú y yo hace que muchas veces, muchas más de las que
quisiera, me encuentre enfadada contigo y te señale como la culpable de mi
propia tristeza, olvidándome de tu malestar y centrándome solo en mí misma, y
no me gusta cuando me reconozco tan egoísta.
Me
enfado porque no entiendo, porque a veces me cuesta comprender por qué no has
puesto solución a tu tristeza en todo este tiempo, por qué no has intentado
combatirla y alejarla de ti y, por tanto, también de mí; me enfado porque no me
gusta ver lo que esta situación está haciendo contigo, porque no me gusta ver
cómo la tristeza va consumiendo toda tu energía y haciéndote pequeñita, me
enfado porque no puedo evitar preguntarme cómo serían de diferentes las cosas
si hubieses conseguido deshacerte de esa carga tan pesada que siempre te
acompaña, porque pienso que no es justo
verme privada de conocer esa otra versión de ti que podría existir y te echo la
culpa de ello a ti, me enfado porque una parte de mí siente que siempre hay
algo que pueda hacerse, alguna solución que pueda encontrarse y te culpo por no
haberla tomado.
Y
después de esto me sigo enfadando, pero ahora empiezo a enfadarme conmigo
misma, por ser tan poco comprensiva, me enfado conmigo por culparte a ti de mi
propia tristeza y por decir que la mía procede de la tuya, me enfado por mi
impotencia, por no ser capaz de hacer nada que sirva para ayudarte, me enfado
porque sé que no solamente no logro ayudarte sino que además muchas veces
contribuyo a aumentar tu tristeza, me enfado porque me veo cobarde y porque
pienso que debería hacer mucho más de lo que hago, porque siento que debería
ser mejor de lo que soy, aunque no sepa muy bien cómo hacerlo, me enfado porque
a veces me mantengo al margen por puro egoísmo para mantener mi autoestima a
flote, me enfado conmigo por no ser capaz de hacer caso a la razón que me dice
que no debería enfadarme contigo.
Me
enfado porque aunque las cargas que nosotras llevamos son distintas creo que,
al igual que tú no eres ni has sido capaz de deshacerte de la tuya, yo tampoco
soy capaz de deshacerme de la mía: tú seguirás estando triste y yo seguiré estando
triste contigo; tú continuarás estando triste y yo continuaré enfadada contigo, y
enfadada conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario